En el año 2007, por primera vez en la historia de la humanidad, la población mundial pasó a vivir mayoritariamente en ciudades. Por esto, y tomando en cuenta que la desigualdad también se mide en inequidad territorial, es decir, a partir de la localización de la vivienda, de los servicios sociales del entorno y del acceso a oportunidades educativas y laborales de los vecinos, uno de los desafíos más trascendentales del siglo XXI es generar una red de conexión que integre a las megaciudades y que responda a las necesidades de transporte y de capacidad de traslado de una enorme cantidad de población, bienes y servicios.
Un ejemplo de esto es la expansión del Merval en el Gran Valparaíso. Inaugurado en 2005, el Merval combinó un sistema integrado de transporte público que incluyó un tren de cercanía, metro subterráneo y buses locales. Hoy, luego de once años de funcionamiento, es necesario ampliar su alcance a nuevas zonas urbanas de la región y continuar con su plan de crecimiento proyectado, contemplando además la incorporación de otros medios de transporte.
En zonas urbanas densas como es el caso Viña del Mar y Valparaíso se justifica la construcción de tres nuevas líneas de metro que juntas sumarían 12,5 kilómetros con 9 estaciones, que incorporen a los sectores más poblados y vulnerables de las ciudades con los servicios de los centros.
Línea 1: Apertura de borde costero en Valparaíso
Para que Valparaíso mire al mar es prioritario favorecer la apertura del borde costero y eliminar la barrera que genera el ferrocarril, desviando su trazado hacia Pedro Montt y acercándolo al centro de la ciudad. Esta línea tendría una longitud de 3,3 kilómetros y tres estaciones, comenzando en la actual estación Barón, doblando al sur por la avenida Argentina hasta el Congreso Nacional donde estaría la siguiente estación. A continuación seguiría por Pedro Montt con una estación en el Parque Italia (cercano a cruce con avenida Francia) hasta la Plaza Victoria, donde se desviaría para empalmar con la avenida Brasil, con una estación en la Plaza Aníbal Pinto terminando en la actual estación Puerto.
El espacio liberado por el ferrocarril sería utilizado en un paseo peatonal, extendiendo las calles del Plan hacia el borde costero.
Línea 2: avenida Libertad – Viña del Mar
Con una longitud de 2,1 kilómetros, esta línea cubriría la Población Vergara, partiendo en la actual estación Viña del Mar del metro. Luego seguiría por la avenida Libertad con dirección al Norte con estaciones en los cruces con 8 Norte y 15 Norte.
Línea 3: Reñaca Alto
Esta línea está pensada para cubrir el distrito de Reñaca Alto, uno de los más densamente poblados (cerca de 100.000 habitantes) y peor conectados de la ciudad. El trazado propone subir desde 15 Norte con un túnel que luego retome Alessandri y en Santa Inés donde se ubicaría la primera estación. La segunda estación estaría en las inmediaciones de la rotonda Santa Julia, principal centro de servicios del sector, avanzando por la avenida Carlos Ibáñez con dos estaciones adicionales: Achupallas y Manuel Bustos. Luego se subiría hacia el área del campamento mediante una avenida por la calle Luis Hurtado, renovando todo su entorno. Con este trazado de 7,1 kilómetros y cuatro estaciones más de 25.000 habitantes de Reñaca Alto podrían vivir a 6 cuadras del Metro.
De manera complementaria se propone construir 3,3 kilómetros de teleférico. Estos medios de transporte que no contaminan, llegan rápidamente hacia cerros altamente poblados con hogares vulnerables y limitaciones geográficas y sus estaciones son potenciales polos de servicios y renovación urbana, tal como sucede con los ascensores de Valparaíso.
La primera línea sería la del Cerro La Cruz en Valparaíso, diseñado por alumnos de arquitectura de la Universidad Católica su trazado avanzaría desde la avenida Francia con el cruce Baquedano hasta las proximidades del campamento El Vergel. La línea Montedónico por su parte, es propuesta por la Corporación Metropolítica y abarcaría la construcción de 1,8 kilómetros. El proyecto se inicia en la Plazuela San Luis ubicada en avenida Alemania con Munich en Cerro Alegre, subiendo hasta llegar a las poblaciones Montedónico.
En concreto, estos 15,8 kilómetros de Metro y teleférico permitirían que 91.000 personas vivan a un rango de caminata de cada estación, a lo que debe sumarse la población flotante que convoca el Plan de Valparaíso y Población Vergara en Viña del Mar.
En el caso de los tranvías, este siglo es una nueva oportunidad para rescatarlos. Estos clásicos del paisaje porteño pueden resolver parte importante de los problemas de transporte de la ciudad, aprovechando sus beneficios ambientales y su flexibilidad urbana.
La expansión de los trenes interurbanos o de cercanía destinados a comunicar la capital regional con las ciudades intermedias o asentamientos menores en un radio de viaje menor a cien kilómetros, también son fundamentales en esta red de transporte. Así, el tren de cercanía que conecta Viña del Mar con Villa Alemana, se podría expandir hacia La Calera y Quillota, acompañando en su diseño plataformas logísticas como terminales de buses, metro y otras redes de transporte público y privado.
Esta transformación del Merval en un eje de conectividad regional es un ejemplo de como el transporte público y privado integrado impulsaría un crecimiento económico, que reconozca la diversidad de la demanda territorial y permita la construcción de ciudades más inclusivas, sustentables y equitativas.
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